La delegación del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) en el Senado radicó el jueves, viernes, una resolución para celebrar vistas públicas e investigar la construcción del megaproyecto Moncayo Resort, en Fajardo.
Según el documento, radicado por María de Lourdes Santiago Negrón y Adrián González Costa, la Resolución del Senado 116 ordena a la Comisión de Turismo, Recursos Naturales y Ambientales de dicho cuerpo legislativo a investigar la propuesta de construcción del complejo turístico y residencial de lujo en una parcela de 1,100 acres de costa boscosa en la intersección de las carreteras PR-3, PR- 53 y PR-194, en el Barrio Quebrada Vueltas del mencionado municipio.
“Fajardo ahora mismo está siendo víctima, al igual que Cabo Rojo, de estos megaproyectos que atentan contra los recursos naturales y contra nuestras viviendas en Fajardo. […] Es un proyecto que pretende utilizar 1,100 cuerdas de terreno en la costa de nuestro pueblo de Fajardo“, denunció el asambleísta municipal Antonio Prieto, quien afirmó que el proyecto incluye un campo de golf y casas para millonarios.
“Básicamente una copia de lo que está pasando en Cabo Rojo. Y en Fajardo hemos estado organizándonos desde hace unos meses con las comunidades aledañas a este proyecto, que hay ya varios vecinos y vecinas que están bien molestos con las distintas situaciones que han surgido“, añadió al asegurar que el proyecto se ha intentado establecer hace más de 30 años con otros nombres como Cayo Largo.
Presuntamente, el proyecto actual está utilizando permisos otorgados en la década de 1990 para continuar validando la construcción en un espacio en el que también se ven afectadas las personas que residen en la urbanización Santa Rita, a menos de 100 pies de los almacenes de Moncayo Resort. Igual que con Esencia, disfrutarán de un servicio propio de energía y agua potable.
Según los vecinos, entre los cuales hay pacientes con cáncer, se han visto afectados por el ruido, el movimiento de tierra, el corte de árboles, la calidad del aire y hasta de las malas actitudes por parte de los trabajadores. Incluso, la residencia de un hombre por los pasados 40 años aparece en el plano del proyecto, que ha hecho que familias se movilicen de la zonal.
“Este nuevo proyecto, el de Moncayo, está utilizando permisos que se le otorgó en los 90 a Cayo Largo, como el de impacto ambiental, es el permiso que están ellos utilizando actualmente para justificar su construcción actual en el 2025. Es decir, han pasado 30 años, que sabemos que tanto las costas, la flora, la fauna ha cambiado en estos 30 años, pero a pesar de eso, esta compañía está utilizando estos permisos, obviamente, ya anticuados para justificar su proyecto actual“, destacó al señalar que la Oficina de Gerencia y Permisos (OGPe) validó en agosto pasado la utilización de los permisos.