El presidente Ashraf Ghani abandona Afganistán mientras los talibanes avanzan en Kabul

Un funcionario talibán dice que el grupo declarará pronto el Emirato Islámico de Afganistán desde el palacio presidencial de la capital, Kabul.

Ese era el nombre del país bajo el gobierno talibán expulsado por las fuerzas lideradas por Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a informar a los medios de comunicación.

El asediado presidente de Afganistán abandonó el país el domingo, uniéndose a sus conciudadanos y a los extranjeros en una estampida que huía del avance de los talibanes y señalando el fin de un experimento occidental de 20 años destinado a rehacer Afganistán.

Los talibanes, que llevaban horas en las afueras de Kabul, anunciaron poco después que se adentrarían más en una ciudad sumida en el pánico, donde los helicópteros sobrevolaron durante todo el día para evacuar al personal de la embajada de Estados Unidos. El humo se elevó cerca del recinto mientras el personal destruía documentos importantes, y la bandera estadounidense fue arriada. Otras misiones occidentales también se prepararon para sacar a su personal.

Los afganos, que temían que los talibanes volvieran a imponer el tipo de gobierno brutal que prácticamente eliminaba los derechos de las mujeres, se apresuraron a abandonar también el país, haciendo cola en los cajeros automáticos para retirar los ahorros de toda su vida. Los desesperadamente pobres -que habían abandonado sus hogares en el campo por la presunta seguridad de la capital- permanecieron por miles en los parques y espacios abiertos de la ciudad.