En el marco de una guerra comercial por la subida de aranceles, así como de una inflación, estudiosos y defensores por los derechos humanos han reiterado la responsabilidad del Gobierno para combatir el hambre en Puerto Rico, rol que han ocupado las organizaciones.
Según Linda Colón Reyes, retirada de la Facultad de Estudios Generales de la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras (UPRRP), erróneamente se asocian la pobreza con el no tener qué comer, algo que, aseguró, va más allá.
“Es un concepto que tiene elementos ideológicos y elementos que tienen que ver en cómo la gente percibe lo que es ser pobre y percibe lo que es el hambre. Entonces, en Puerto Rico la percepción de la pobreza está muy atravesada por esta mitología que hay de que en Puerto Rico no hay pobreza. Y de que los pobres son los pobres de Haití o de República Dominicana o de África. Y tienen esta mirada de la pobreza como la gente que no tiene que comer y que está famélica”, afirmó la profesora.
Colón Reyes explicó que, por ejemplo, una persona puede estar en sobrepeso y ser pobre, y que hay distintos tipos de pobreza, que van hasta la pobreza extrema y no se reducen al acceso de alimento.
“La perspectiva de la pobreza supone varios elementos de carencia y el alimento es una de ellas, pero está la carencia de vivienda, de educación, de escuelas, de salud, de múltiples otros factores“, añadió al destacar que el factor de dependencia de fondos externos también influyen en la pobreza.
De igual forma, mostró rechazo a la aclamada frase de que “el pobre es pobre porque quiere”, y reiteró que es una forma de justificar la desigualdad económica y de oportunidades que se vive en Puerto Rico.
“Una buena parte del problema del hambre está ligada, precisamente, a una estructura donde los alimentos, el costo de los alimentos es tan alto que ya la gente no puede ni siquiera comprarlos. Entonces tú tienes un sector de la población para el cual en esta época, por ejemplo, donde la inflación ha sido tan grande… O sea, los huevos cuestan un 40 por ciento más de lo que costaban antes. Y así por el estilo. Todos los alimentos han subido de precio, pero lo que tú recibes no sube de precio“, reiteró.
Por su parte, Giovanni Roberto, fundador de Comedores Sociales de Puerto Rico, recordó que el hambre también se ve como saltarse una de las tres comidas básicas y principales del día (desayuno o cena, principalmente) o reducir las porciones de lo que se consume a algo como una merienda.
“Creo que relativizar también el tema del hambre es importante. Si nos vamos al hambre extrema de que no comí hoy por 24 horas y no comí por una semana, pues ya es un nivel de extremidad que quizás alguna gente en Puerto Rico no vive. Nosotros realizamos encuestas a nuestra población que atendemos y al menos un 20 por ciento de las personas que participan de nuestro programa, que es una muestra pequeña, 20 por ciento de esas personas dicen que durante los últimos tres meses no comieron en 24 horas porque no tenían alimento“, afirmó al recalcar que el Gobierno guarda una responsabilidad a la hora de ayudar a quienes se vean en necesidad.
“El Gobierno tiene una responsabilidad con la población de facilitar esa alimentación, de promoverla, de potenciarla. Es responsable de promover la agricultura local, que es una de las razones por las cuales las poblaciones no se alimentan adecuadamente. El Gobierno tiene una gran responsabilidad con la población que no está cumpliendo ahora y que está cumpliendo lo contrario“, agregó el activista, cuya organización atiende a unas 500 personas al mes solo en la región de Caguas porque no cuentan con los recursos para atender a más personas.
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