Las autoridades investigan un doble asesinato reportado a las 11:36 p.m. del lunes, en hechos ocurridos en la carretera PR-28, kilómetro 5.6, en la zona portuaria, en Santurce.
Información preliminar apunta a que agentes fueron alertados sobre una persona herida de bala. Al llegar la policía a la escena, encontraron en el suelo los cuerpos baleados de dos hombres, que al momento no han sido identificados.
El director del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de San Juan del Negociado de la Policía de Puerto Rico (NPPR), inspector Edwin Figueroa, explicó que un guardia de seguridad que realizaba una ronda preventiva se percató de la presencia de un cuerpo, previo a que la uniformada encontrara un segundo cuerpo a unos 12 pies del lugar.
Según el inspector, las personas no han sido identificadas y tampoco poseían identificación. Asimismo, indicó que una de las víctimas estaba atada de manos y pies, mientras que la segunda persona tenía un amarre en una mano.
Uno de los individuos fue descrito como de tez blanca, cinco pies con 10 pulgadas de estatura, 180 libras de peso, cabello corto negro lacio, ojos color marrón y barba y bigote. Vestía camisilla blanca, sudadera gris, medias negra y calzado deportivo negro y blanco marca Jordan.
Además, en su espalda tenía varios rostros tatuados, incluyendo un bebé, y un nombre en la pantorrilla izquierda. Asimismo, llevaba el brazo izquierdo tatuado, poseía un tatuaje que leía ‘Michelle’ detrás del cuello, otro tatuaje que leía ‘QW’ en el hombro derecho y otro tatuaje de letras cursivas en su muñeca derecha.
Según el inspector, tenía heridas en diferentes partes del cuerpo y en la muñeca izquierda tenía un reloj dorado con perlas blancas marca Technomarine y llevaba una gorra blanca y roja de los Chicago Bulls.
Figueroa indicó que las víctimas pudieran tener un promedio de 30 años de edad.
Más adelante, uno de los occisos fue identificado como William J. Ramírez Frechel, de 29 años, quien tenía expediente criminal por trasiego de piezas de vehículo hurtados, entre otros.
Agentes adscritos a la División de Homicidios del CIC de San Juan, en unión al fiscal de turno, están a cargo de la pesquisa.