Javier Jiménez y Olga Daisy Galarza | Los retos de una vida juntos en la familia y en el servicio público
El alcalde de San Sebastián destacó que si tuviera la oportunidad de volver hacia atrás en el tiempo, pasaría más tiempo con sus hijos
Decir que llevas 37 años casado con tu pareja es sencillo. Difícil es la trayectoria para llegar ahí. El presenciar los logros, un consejo en la toma de decisiones difíciles y la crianza de los hijos son parte de, pero eso llega después. Nada sería posible sin ese primer paso, la primera mirada.
Así han llegado hasta hoy el candidato a la gobernación por Proyecto Dignidad (PD), Javier Jimenez Pérez, y su esposa, Olga Daisy Galarza, quienes en el tercer episodio de Double Date conversaron junto a Julio Rivera Saniel y Milly Méndez sobre esas particularidades de un matrimonio que se ha conocido durante cuatro décadas, desde mayo de 1984.
A pesar de que se conocían desde la escuela superior, el también CPA y Galarza se unieron tras un complot que hicieran sus amistades, que también eran pareja.
Lo chistoso del caso es que ambos jóvenes estaban convencidos de que fue el otro quien tuvo interés primero.
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Así, compartieron años en el Recinto Universitario de Mayagüez (RUM) de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y hasta estudiaron en la misma facultad de Administración de Empresas, lo que les permitió manejar una oficina de contabilidad por más de 20 años, él como contador, ella como asistente administrativa.
Amantes en todo… desde sacar a sus hijos adelante hasta en el servicio público
Recordaron su primera cita y los ánimos se intensificaron, pues claro, 40 años dan espacio para cientos de citas. Pero fue durante una fiesta de aniversario cuando se unieron al son de la música. De ahí que el alcalde de San Sebastián saliera merenguero, bachatero y salsero.
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Al menos el baile compensa la falta de salidas para ver una serie o película debido a la falta de tiempo, algo que hacían cuando jóvenes para disfrutar de piezas como The Money Pit.
Aún así, el alcalde no podrá escapar del anhelo de Olga Daisy, quien confesó que siempre ha querido visitar España, ya que han sido pocas las vacaciones que se ha tomado el ejecutivo municipal durante todos estos años.
Precisamente, esa falta de tiempo para compartir con los suyos es algo que el alcalde cambiaría si tuviera la oportunidad de volver hacia atrás en el tiempo, pues, aseguró, la familia es la columna vertebral.
“De algo que añoraría si diera para atrás es estar más tiempo con los nenes en casa porque muchas veces el tiempo que les tuvimos que dedicar al servicio público, a trabajar por el pueblo, pues, le quitaba mucho tiempo a la familia”, reflexionó Jiménez Pérez al compartir que a veces imagina a sus hijos corriendo por la casa.
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A pesar de los retos, tanto el candidato como su esposa compartieron cómo sus hijos hasta dormían bajo el escritorio cuando el volumen de trabajo aumentaba.
En el caso de Olga Daisy, era ella quien se encargaba de llevarlos a la escuela e ir a la zona metropolitana unas cinco veces en semana para llevar a su segunda hija y a su hijo menor a sus prácticas de volleyball.
“Fue fuerte, pero lo entendí. Lo entendí y lo hacía sin problemas porque yo entiendo, desde hace veintitantos años, el rol de una esposa en la política. Es fuerte”, indicó Galarza al reconocer que su esposo tenía mucho trabajo cuando llegó a dirigir la poltrona municipal.
Para ella ha valido la pena el sacrificio, mientras que para él ha sido una bendición ser servidor público. Por eso Galarza no pensó en instar a Jiménez Pérez a que declinara de unirse a la contienda.
Sin duda, tantos años de matrimonio y trabajo les han permitido conocerse en demasía y complementarse, y lo que falta.
Por eso el alcalde mantiene un buen humor y optan por no perder tiempo en enojarse el uno con el otro, y menos ante la exposición en la política, en la cual, aseguran, se pasan muchos corajes.
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“Definitivamente, yo viendo la situación que está el pueblo de Puerto Rico y sabiendo quién es Javier Jiménez, yo digo ‘pues, no tengo opción’. Lo que tengo es que ayudarlo a que esto se pueda dar. Aunque es bien difícil, pero entiendo que a Puerto Rico hay que transformarlo completo. Y como yo tengo tanta fe en él, que él lo va a hacer, pues, para alante”, dijo la mujer ya retirada asegurando que las cosas pasan según la voluntad de Dios.
