Mujer denuncia fue víctima de acoso por parte de la hija de octogenaria que dirige presunto patrón de acoso racial en Canóvanas

Una residente en San Juan denunció en Pega’os en la Mañana el patrón de acoso que vivió en otra residencia que posee en Naguabo, por parte de una vecina que, precisamente, es hija de Carmen García, la octogenaria contra la que pesa un caso civil por un alegado patrón de racismo contra una familia en Canóvanas.

Myrna Russi relató cómo, a raíz del caso que se ha hecho público nuevamente, ha revivido los momentos que vivió en esa residencia a la cual ya no frecuenta debido al patrón de abuso por parte de Lissie Espinet García.

“Cuando yo empiezo a ver los reportajes, sentí que volví a vivir lo que viví […] de acoso, de los radios de alto parlantes, me ponía tres radios todo el tiempo, 24 horas […] Es un patrón que ellos utilizan para desestabilizar emocionalmente a uno. Aparte de eso, me tiraban basura (y) excremento en mi área de la residencia, y hasta clorox sobre uno tiraba”, expresó Russi.

La presunta víctima alegó que luego de 17 querellas que enfrentó, en las que se encontró no causa, demandaron a Espinet García y a su pareja en aquel entonces. Dicho acto provocó que la victimaria le lanzara un químico abrasivo que la dejó ciega por un momento, por lo que tuvo que someterse a un tratamiento de un año para tratarse la córnea y el párpado interno.

Aunque recibió una orden de protección, Espinet García nunca fue emplazada, por lo que se celebró una vista preliminar en ausencia. Más tarde, en diciembre de 2019 fue arrestada luego de dos años, tras figurar como de las más buscadas en el área de Humacao.

Precisamente, en este caso hubo un patrón de atrasar las vistas previo al juicio, y eventualmente la victimaria nunca fue encausada. Al igual que con Carmen García, el licenciado encargado del caso era Michael Corona. Luego de que la Fiscalía sometiera el caso por segunda vez, Espinet García se declaró culpable por un delito menos grave en el último día en el que se evaluaría el caso.

“Es como si yo estuviera viendo a la hija haciéndomelo a mí”, dijo Russi sobre el caso de la octogenaria en Canóvanas. “Es triste […] A veces ven el problema entre vecinos, que hay una persona que es agresiva, se convierte como si fuera un chisme en el Tribunal. Y esto no es un chisme. Se lleva a estar en riesgo la vida […] Yo con mi experiencia de vida tuve la tranquilidad de mantenerme, pero no es que no sufriera, Es que uno tiene la capacidad de aguante”, finalizó Russi al describir el calvario que vivió al ver cómo, mes a mes, su caso se postergaba sin razón, y al llamar la atención sobre el peligro que corre la familia en Canóvanas al ser amenazada, inclusive, con un arma de fuego por parte del hijo de la octogenaria.