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“Se lo dije con lágrimas en los ojos, que no me lo dejaran morir, que él necesitaba asistencia médica”

Familiares de confinado en Bayamón piden se investigue muerte de su hermano

Fernando Vélez López fue encontrado muerto en el módulo B-5, Anexo 707 del Complejo Correccional de Bayamón la mañana del lunes, 25 de julio.

Las 9:35 a.m. del día lunes, me llama un personaje que me pareció curioso […] Me dice: ‘Es de la Correccional de Bayamón. ¿Tú conoces a Fernando Vélez? […] Para decirte que falleció”.

Esas fueron las expresiones de Brenda Ortega, hermana del confinado, quien informó en entrevista para Dígame la Verdad que su hermano comenzó a enfrentar problemas de salud previo a ingresar a prisión por un caso de pensión alimentaria, del cual debía unos 5,000 dólares. Tras recibir una primera dosis de la vacuna contra el coronavirus, Vélez López comenzó a experimentar dolores de cabeza e incluso pérdida de voz, lo que no le permitió encontrar trabajo debido a que nadie quería contratarle por su aspecto físico, que lucía enfermo.

Tras indicarle a su familia que debía ver a un otorrinolaringólogo, se encontraron con que ningún especialista -que aceptara la Reforma de Salud del Gobierno- estaba aceptando pacientes nuevos, lo cual complicó el panorama. 

En medio de su cuadro, el 13 de junio arrestaron al occiso y le informaron de forma tardía de una citación en el tribunal. Una vez ingresado en prisión, una doctora encargada alertó sobre la condición del hombre de 44 años.

“El día 14 de junio, a las 8:32 a.m., se comunicó con mi mamá la doctora Martínez, la cual se identificó como doctora en turno de la cárcel de Bayamón. Ella se refiere a mi mamá y le hace preguntas que si nosotros o ella entendía o sabía qué era lo que estaba pasando con mi hermano porque le preocupaba la falta de oxígeno y la pérdida de voz”, informó Ortega.

Carlos Vélez López y Brenda Ortega, hermanos de Fernando Vélez López

Tras intentos fallidos de comunicación con el personal de Corrección para atender el caso de Vélez López, finalmente logró establecer contacto y se mantuvo visitando la institución para hacerle llegar artículos de primera necesidad. A su vez, la condición de la madre se deterioró por la situación, por lo que tanto Ortega como otro hermano de la familia, Carlos Vélez López, viajaron a Puerto Rico.

Una vez en la isla y ya pasado un mes, para el 14 de julio todavía el confinado no tenía un número de identificación asignado.

Yo cuando lo vi [estaba] muy desmejorado, muy delgado… Su color de piel, color gris… Los labios muy blanco; sus ojos hundidos; tosiendo mucho; con mucha, pero demasiada dificultad al respirar… Con dolor en su lado derecho… Me decía que cada vez que tosía, le dolía. Le traté de dar comida [pero] no podía tragar”.

Su hermano estaba tosiendo sangre.

Tras días de intentar comunicarse para atender el estatus de su hermano, informó que una trabajadora social, de apellido Lozada, le indicó que eran “muchos presos. Él no es único”, y le invitó a que, en familia, se encargaran de llevar a su hermano a recibir asistencia.

Hasta hoy, los familiares no entienden cómo Fernando Vélez López no recibió asistencia médica más allá de Robitussin y Tylenol para atender la tos y el dolor que padecía. El informe de la Policía, por otra parte, indicaba que el occiso tomaba medicamentos y que padecía de acidez, únicamente.

Asumiendo una responsabilidad que le correspondía a la agencia, intentaron llevar a su hermano al hospital, pero debido a los días festivos que se aproximaban para esta semana, la cita para recoger al paciente era mañana, 28 de julio, mas Fernando no sobrevivió.

 

Reacciona Corrección

La presidenta de la Alianza Correccional Unida, Jessica Martínez, indicó que los oficiales correccionales no tienen autorización para transportar a confinados al área médica debido a los protocolos.

Sin embargo, alertó que, constantemente, recibe quejas de institución carcelaria de dicho municipio. 

Es una institución que, de verdad, está en debacle en cuanto a la supervisión de seguridad como referente, también, a lo que es el área médica. Es una institución en donde yo tengo quejas diariamente de mis compañeros, en donde la supervisión pisotea a lo que son los empleados. Son, prácticamente, antiobreros, y personas que son antiobreras así, también con cualquier tipo de ciudadano son personas que no tienen empatía”, advirtió.

En declaraciones escritas, la agencia indicó en su informe que el confinado “no presentaba signos de violencia ni traumas”, luego de que la persona que informó de la muerte a la familia, estableciera que el deceso fue por causas naturales.

Aunque la subsecretaría ordenó una investigación administrativa a la Oficina de Investigaciones del Sistema Correccional para investigar el caso, la familia descartó haber recibido comunicación alguna por parte de la agencia, por lo cual esperan por dicho resultado junto al informe de autopsia del Instituto de Ciencias Forenses.

Esto fue anunciado, yo se los dije a ustedes. Desde el día 14 de julio, estoy luchando contra el sistema, contra la burocracia. No sé cómo hay personas llamadas al servicio público, a ayudar a las personas, a ayudar al confinado… Gente, humanidad. Ellos son hijos, ellos son hermanos, son padres, son vecinos. No son animales”, expresó Ortega entre lágrimas al exhortar a las agencias gubernamentales a tomar parte en una problemática con los confinados del país que en las últimas semanas ha escandalizado a la población.

Accede a la entrevista completa:

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