Sin recursos suficientes en Aduana para atender a 104 migrantes abandonados en Isla de Mona
Será un juez en Estados Unidos quien determine traslado de migrantes a su país de origen
Tras otro incidente lamentable en el que 104 personas de origen haitiano y dominicano fueron abandonadas en Isla de Mona en el día de ayer, el portavoz de la Oficina de Aduana y Protección Fronteriza, Jeffrey Quiñones, informó que el cuadro para atenderles y removerlas a su país de origen es uno complicado debido a la falta de recursos en la isla para atenderles, por lo que tendrán que ser trasladadas a Estados Unidos para que se atienda cada caso.
“Eso se maneja de caso a caso. El mero hecho de que este grupo sea tan numeroso pues, automáticamente, nos pone en una situación un poquito delicada por, precisamente, porque nosotros el domingo recibimos un grupo que, precisamente, la yola se encalló en la playa Bienvenidos, en Aguadilla, cerca del campo de golf. Nosotros detuvimos, aproximadamente, unas 20 personas […] Tenemos que, de alguna manera u otra, utilizando las facilidades que nosotros tenemos, pues, poder darles, entre otras cosas, pues, darles comida, alojamiento, tenerles las necesidades básicas para que esas personas puedan pasar por el proceso de entrevista”, indicó Quiñones.
El funcionario detalló que para recibir asilo las personas deben demostrar que existe un temor por regresar a su país de origen debido a amenaza de daño psicológico o físico inminente, pero resaltó que tal es el protocolo debido a que, en ocasiones, dichos grupos tienen en su composición a personas que intentan pasar desapercibidas, pero que tienen récord migratorio o criminal en su país o en Estados Unidos.
Quiñones explicó que quienes llegan en tales viajes son personas guiadas por contrabandistas que carecen de responsabilidad y no velan por la seguridad de la tripulación, pues desde que se embarcan en una yola, hecha de forma casera y que no es apta para la navegación cerca del pasaje de la Mona, por ejemplo, vienen apiñadas y en condiciones no aptas. Además, indicó que los encargados en los viajes no brindan la identidad correcta de los navegantes, quienes usualmente no se conocen entre sí y que se embarcan en un viaje que podría costar desde $500 hasta más de $6 mil.
“El transporte o el contrabando de personas, por lo general, también, puede ser un detonante para lo que es el tráfico de personas. Una persona puede llegar acá a Puerto Rico y, simplemente, entrar en darle un servicio a esta organización y, en ocasiones, los familiares no saben que la persona está allí”, expresó el portavoz.
Quiñones admitió que dichos incidentes migratorios casi siempre se dan en un contexto en el que las personas buscan adquirir una divisa estadounidense para trabajar y, a su vez, suplir a sus familias en sus países de origen. Ello se agrava con el proceso inflacionario que se siente a nivel global.
“No te puedo negar que el proceso puede ser burocrático en solicitar un visado. En muchas localidades, pues, puede ser bastante extenso, pero por la desesperación de llegar y ahora con la inflación que se está experimentando a nivel regional y a nivel mundial, pues, hace que la gente […] el objetivo de ellos es llegar a Puerto Rico, llegar a un punto de los Estados Unidos”, indicó el funcionario.
Quiñones expresó que no tiene detalles de cómo se manejara la situación actual, pero explicó que, anteriormente, se dividen el trabajo trasladándoles a Estados Unidos para que se complete el proceso con cada migrante, lo cual se exacerba porque también en otras partes de la región norteamericana se están manejando casos.
“De alguna manera u otra, pues, tenemos que repartirnos el trabajo y repartirnos los recursos. Entonces, [de] este grupo, algunos podrían ser directamente trasladados a alguna otra parte en Estados Unidos […] Por ahora, no. Esa determinación (de enviarles a su país de origen) la va a hacer un juez de inmigracion y eso, pues, va a tardar un tiempito”, finalizó Quiñones.
Otros incidentes mayores este año fueron el pasado 12 de mayo, cuando 11 mujeres murieron ahogadas, y el 28 de julio, cuando otras cinco personas murieron de esta forma luego de que contrabandistas obligaran a un grupo, de mayoría haitiana, a lanzarse al mar.