Mientras las autoridades continúan la investigación sobre el suicidio de la maestra Maritza Enid Sierra Vega, la líder sindical Migdalia Santiago reflexionó en torno a los temas de preocupación que afectan continuamente la salud física y mental de los educadores, cuyo panorama para ejercer la profesión ha cambiado sin garantía de que los años de arduo trabajo rindan los frutos esperados.
“Me duele en el alma que sucedan cosas como la que sucedió con la maestra de Ponce. Pero ese es el día a día de miles de maestros en nuestras escuelas porque tienen fibromialgia y ese día no se pueden levantar, porque tienen serios problemas estomacales, porque tienen cáncer, porque tienen cantidad de condiciones. Y entonces llegan a las escuelas a ser víctimas nuevamente del sistema“, compartió Santiago en entrevista con Radio Isla.
Santiago, que funge como la vicepresidenta de la organización magisterial UNETE, afirmó que los altos costos de vida, la falta de un retiro digno y la cantidad de trabajo que manejan son parte de las causas que agravan la situación de los educadores.
“El maestro ha estado perdiendo derechos, ya no se puede jubilar a los 55 (años), aunque estés explota’o. Ahora se tiene que jubilar a los 63. Ya no tienen retiro porque el retiro entre el Gobierno de la pasada administración […] y la Junta de Control Fiscal nos quitaron el retiro a los maestros y las maestras. Por lo tanto, ¿quién quiere estudiar Educación si no hay motivaciones?“, cuestionó la educadora de jóvenes del Programa de Educación Especial.
La maestra, quien es paciente de cáncer, narró su propio caso cuando enfrentó un señalamiento por ausentismo severo, ya que ha tenido que faltar en ocasiones para recibir su tratamiento.
“¿Por qué me revictimizas? Que ya yo tengo que faltar porque tengo que darme un tratamiento que a veces me tira la cama. Y a usted lo único que le preocupa es que ese día yo no vine a la escuela. O peor aún, ando con un andador, no puedo subir escaleras. Ah, pues usted hace las reuniones, mi directora hace las reuniones en su oficina. Me convoca para las reuniones en un segundo piso que yo no puedo subir ni siquiera por la rampa porque me dificulta caminar, me asfixio”, denunció Santiago.
“Eso te estresa de una manera bárbara. […] Hay otros compañeros y compañeras que están peor porque no pagaron Seguro Social, porque empezaron en sistemas ya mayores a trabajar y porque, encima, cuando le quitaron la posibilidad de retiro, pues esos sí que no van a tener el Seguro Social cuando se vayan. Y esos sí que van a tener retiro de 400, 500 dólares“, agregó.
Otras de las formas en las que señaló que se ha afectado la forma en que ejercen los educadores es la falta de libertad de cátedra para impartir la enseñanza, que se suma al respeto que ha perdido la profesión.
“El Departamento (de Educación) no intervenía tanto en la brega del salón de clases. Sí, siempre ha habido unos currículos, unos temas que se supone que deben trabajar por año, pero había un espacio para la libertad, para la creatividad, para si tú conoces a tu matrícula, saber hasta dónde tú podías, incluso, añadirle nuevas experiencias a los estudiantes. Eso se ha perdido. Con los años se ha perdido. Ya no hay el respeto que se tenía al trabajo del maestro y de la maestra“, dijo al agregar que en el pasado también era la norma el que el país respetara a los maestros por el peso que tenían en la formación de los ciudadanos.
Un ejemplo de ello son las medidas cautelares que se aplican a algunos educadores sin la garantía de regresar a su salón de clases, mientras sus casos son investigados y a la vez resultan ser maltratados por personal de la misma escuela.
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“Cuando tú sumas eso, aunque tú estés sano, en términos de salud, cualquiera se vuela porque es más trabajo, es ambientes tóxicos en las escuelas, es una cantidad de situaciones que provocan más ansiedad, más cansancio y la salud de los maestros se deteriora“, agregó.
A pesar de que desde el Departamento de Educación (DE) afirmaron que en sus registros no figuraba ninguna querella por parte de la educadora ponceña de 45 años, ni tampoco una solicitud sobre acomodo razonable, como en un principio se alegó, Santiago reiteró cómo todos los factores anteriormente mencionados desgastan a los maestros y maestras.
“El exceso de trabajo, el salario, muchos problemas en la sala de clases, si yo tenía una condición de los pulmones y necesito aire acondicionado y mi salón no tiene aire acondicionado, no es que tú no me estés dando el acomodo. Es que no lo tengo, punto. Cuando uno suma del otro lado uno dice bueno, quizás para la familia no era tan puntual eso porque ella quizás no llevó querella, quizás no se quejó, pero en su diario vivir en la sala de clases y en la escuela se van sumando cositas 一que yo no le estoy echando la culpa al director ni al Departamento一 sino que se sumaron. Son cosas del sistema que no están funcionando y que a la larga se convierten sí en acoso, sí en falta de darle los acomodos razonables a quien sea, sí en un ambiente laboral relativamente incómodo“, reiteró.
Los hechos se remontan al pasado miércoles 29 de octubre, cuando agentes de la Policía de Puerto Rico (PPR), adscritos al Distrito de Salinas, fueron alertados a través del Sistema de Emergencias 9-1-1 sobre lo sucedido en la Autopista 52, kilómetro 70.4, cerca del Monumento al Jíbaro, en jurisdicción de Salinas.
Al llegar los agentes encontraron un vehículo de motor, descrito como un Honda Civic blanco, estacionado en el lugar con una nota en su interior, cuyo contenido no fue revelado.
Bomberos y personal de Manejo de Emergencias y Rescate trabajaron en la situación, que se describió como una de difícil acceso, en donde hallaron el cuerpo de Sierra Vega.
Personal de la División de Homicidios del Cuerpo de Investigaciones Criminales (CIC) de Guayama, junto a la fiscal Jessica Gotay, investigan el caso.
Si usted o alguien que conoce se siente agobiado o está considerando el suicidio, es importante buscar ayuda. Puede llamar a la Línea PAS de la Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (ASSMCA) al 1-800-981-0023 (1-888-672-7622 TDD) las 24 horas del día, los siete días de la semana, libre de costo y confidencial. También, puede comunicarse al 9-8-8.
